¿En búsqueda de la vida eterna?

La conservación curativa

La conservación curativa es el conjunto de acciones aplicadas directamente sobre un objeto que se encuentra en un estado de extrema fragilidad y se deteriora tan rápidamente que su existencia se ve amenazada. La conservación curativa es complementaria de la conservación preventiva. Sin una acción curativa, se corre el riesgo de perder el objeto a muy corto plazo. El objetivo final de la conservación curativa reside en ralentizar los procesos activos de deterioro para hacer que los libros puedan perdurar en el tiempo y pasar de generación en generación.

SCDI de Montpellier

Cuando las acciones se aplican sobre un objeto que se encuentra en un estado estable, pero ha perdido parte de su significado o de su función a causa de una alteración o de un deterioro pasados, hablamos de «restauración». Estas acciones se realizan fuera de un contexto de urgencia y modifican el aspecto del bien para mejorar su comprensión. Cabe notar que, en la actualidad, los profesionales consideran que la restauración ocupa poco lugar en su trabajo, mientras que el público general suele creer que este término se refiere al conjunto de las tareas de conservación-restauración.

Las acciones sobre un libro, cualesquiera que sean, se enmarcan siempre en un proyecto de salvaguarda o de valorización de las colecciones, o bien se efectúan como consecuencia de un suceso. Son acciones razonadas que resultan de una reflexión entre los distintos actores de la conservación. El profesional cualificado lleva adelante las distintas etapas del proyecto de conservación-restauración, comenzando por un examen minucioso del libro: identificación, descripción y estudio de sus valores culturales y de su historia material. A continuación, se analiza el estado del objeto y se efectúa un primer balance sanitario, documentando metódicamente todas las alteraciones visibles. Completan el informe fotografías y mediciones que permitirán seguir la evolución del objeto.

Una vez llevado a cabo el diagnóstico, se procede a interpretar las alteraciones, tratando de determinar sus causas y consecuencias. En este proceso, es fundamental conocer la composición fisicoquímica de los materiales constitutivos del objeto para comprender los procedimientos de creación y los fenómenos de degradación.

Todo lo anterior permite establecer un protocolo de intervención con unos objetivos bien definidos (salvaguarda, digitalización, exposición, etc.) y una lista detallada de las acciones y los productos que se han de aplicar.

Las acciones de conservación-restauración se basan en los siguientes principios fundamentales:

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