Piezas únicas y colecciones

¡Que comience la investigación!

Para conservar bien un libro patrimonial, debemos comprender su historia, y para ello es indispensable respetar los mensajes que el libro transmite, aunque a veces sean difíciles de descifrar. Cada objeto librario se considera a la vez una pieza única y un elemento de un conjunto coherente: la colección.
Bibliotecarios, investigadores y conservadores-restauradores analizan minuciosamente ese objeto para identificar el contexto de su creación e interpretar su historia.

Fabricado gracias a la labor de varios artesanos (curtidores, papeleros, encuadernadores, copistas, impresores, etc.) y al uso de distintos materiales (entre otros, cuero, papel, cartón y material textil), el libro refleja el gusto estético de sus antiguos dueños, por ejemplo, en el dorado de los escudos de armas o en el tipo y el colorido de los materiales empleados. Otras características importantes que se analizan son la manera en que se ha encuadernado, con qué se ha copiado o los accidentes que puede haber sufrido a lo largo del tiempo. La ciencia que estudia estas «marcas» en los libros es la codicología.

Observando atentamente un libro, el especialista podrá decir:

Por lo tanto, el estudio minucioso de un documento desvela su historia, a través de una serie de indicios. Dicho estudio contribuye, además, a proteger el libro y a evitar que sufra alteraciones fundamentales que podrían llegar a borrar sus huellas históricas.

Cada documento ilustra un tema o una preocupación específica, y en tal sentido es una de las muchas piedras del edificio intelectual que constituye una colección. Por eso, constituye una pieza esencial, una joya preciosa que proteger

¿De dónde viene el manuscrito Passionnes et Vitae?

Cuando observamos el manuscrito conservado bajo la cota H 156 en la Biblioteca Universitaria Histórica de Medicina de la Universidad de Montpellier, podemos deducir parte de sus peregrinaciones.

Nociones sobre la confección de grimorios a través del tiempo